martes, 10 de marzo de 2015

Leyendas

Como en la leyenda que nunca contamos, la de las muertes en nuestro condado, se disipó la niebla y se escuchó un grito, al ver la luna en lo más alto.
Y el grito se tornó en alarido y las pezuñas en la tierra rozaron, cuando la magia del lobo aparecía y el hombre en bestia se confundía.
Guarda en casa lo que más amas, vigila que tus hijos no salgan, cierra puertas y ventanas, o tú serás la siguiente.
Mas si por infortunio la bestia te cruzas, no corras pues en vano será, póstrate de rodillas y suplica clemencia y haz las paces con tu creador.

Aunque quizá la suerte te acompañe, si en tus ojos ve los de su amada, pues no hay bestia ni alma perdida, si recuerda que un día la amó.

Escritora de Sueños

Escribir, escribía,
Por mucho que me regañaban,
Pero de noche y de día,
Mis personajes me asaltaban.

Con una suave melodía,
Duendes y ninfas se amaban,
Puede ser que alguien se ría,
Pero, las sirenas me cantaban.

Centauros, ogros y dragones,
También tenían cabida,
Eran unos guasones,
Hacían más alegre mi vida.

Y así creé un mundo de fantasía,
Dando vida a mis personajes,
Estar con ellos prefería,
Y ellos me mandaban mensajes.

Escribía y tanto les quería,
Que una noche me secuestraron,
Usando una vieja brujería,
A su reino me llevaron.
Y ya no era niña, sino hada,
Hubo una fiesta que duró mil años,
De mi anterior vida no sabía nada,
Cada día fue mi cumpleaños.


Escribía y soñaba.